Oh! Glorioso Apóstol San Judas, siervo fiel, pariente de
Jesús, el nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus
enemigos, ha sido la causa que muchos te hayan olvidado, pero la iglesia te
honra universalmente como Santo Patrón de los caso difíciles y desesperados,
venir en mi ayuda yo que soy tan miserable, y hacer uso, de ese privilegio a ti
concedido, de socorrer, visible y prontamente cuando se a perdido toda esperanza,
(se solicita el favor). Yo te prometo, no olvidarme nunca de este inmenso favor
y hacer todo lo posible, para fomentar la fe en ti. Te lo pido, en nombre del
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
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