La evidente desigualdad de la riqueza, desemboca, en clases
altas, medianas y bajas, del manejo, y uso de los dineros que circulan en este,
ajetreado mundo actual. Pero queda, otra clase, todavía más marginal, que la
baja, como le podríamos llamar? Pobreza extrema, miseria crítica, o a la mejor,
hasta clase de cero recursos. En los bajos y sórdidos mundos, de las ciudades
perdidas, barrios marginados como favelas o como se le llame, en diferentes países con
idiomas variados, pero todo con abandono total de recursos, solamente tratando
ya de sobrevivir día con día hasta el final. No es ningún trágico discurso
agorero, o un llamado a la conmiseración, es una verdad latente y desnuda, las
hambrunas, o las faltas de recursos van minando a esos seres marginados, niños,
jóvenes o adultos hasta su desaparición por inanición o enfermedades, esto es,
más que real.
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